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Una vez, se vino a probar a nuestro club un montón de niños. De todo ese montón de niños, quedó solamente uno aceptado para entrenarse con nosotros. Ese niño se llamaba Luchito, y tenía apenas doce años.
 

 

Menita entrenó (y entrena) siempre con mucha dedicación. Jugó por primera vez en el equipo de los grandes cuando tenía 16 años. Y de ahí en adelante, nadie lo paró más.

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Ha jugado siempre en Colo Colo, excepto por un tiempito corto que jugó en otro equipo. Y cuando volvió, salió campeón con Colo Colo cuatro veces seguidas.
 

Menita quizás no es tan seco con la pelota, pero juega con el corazón, pelea todas las pelotas y termina siempre súper traspirado, con la camiseta empapada. Al principio de los campeonatos, casi siempre traen a jugadores de todas partes del mundo para reemplazar a Menita. Pero al final, el que termina jugando es Luchito. Nadie le gana el puesto a nuestro capitán.


Ha bajado diez estrellitas con nosotros. Imagínate, ¡diez estrellitas! Por eso le dicen El Multicampeón.  Una de esas estrellitas, más encima, la ganó cuando nuestro club no tenía nada nada de plata y jugaron puros cabros chicos.

Menita es quizás el mejor ejemplo de lo que significa ser Colocolino. Es un jugador que siempre ha representado los valores que David nos enseñó. A pesar de haber jugado casi toda su vida en el club más grande de Chile, y de haber bajado un montón de estrellitas con nosotros, siempre se mantiene muy humilde, esforzado y profesional. Por eso, todos lo queremos mucho.
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