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Una vez, llegó un niñito de 9 años tomado de la mano de su papi, para ver si podía jugar en Colo Colo. Hay que ser muy bueno para la pelota para poder jugar en Colo Colo. Y el niñito de 9 años no era bueno, era extraordinario. Lo aceptaron al tiro en nuestro club.
 

Entrenó y entrenó en Colo Colo hasta que pudo jugar por primera vez en el equipo de los grandes. ¿Sabes cuántos años tenía? ¡Apenas quince años! Entró en los últimos veinte minutos. Nadie sabía quién era el mocoso, pero les gustó a todos porque no tenía miedo de jugar, ¡y hasta les hacía hoyitos a los jugadores del otro equipo! 

 

Pronto le empezaron a decir “el rey del metro cuadrado” porque podía hacer todo tipo de movimientos con la pelota dentro de un espacio de un cuadradito.

El Chino (también le dicen así a veces porque tiene por ahí un familiar lejano que es chinito) era el que más metía goles, y hacía cosas súper locas, como una vez que pudo haber chuteado desde más lejos, pero en vez siguió corriendo y corriendo con la pelota hasta adentro del arco. ¡Fue súper choro!

 

Eso fue en un partido por la Copa Libertadores. Estuvimos a punto de ganarla con el equipo en que jugaba Carlitos, el famoso equipo del ’73, pero pasaron un montón de cosas súper injustas y al final no nos quisieron dar la copa que tanto merecíamos.


Carlitos jugaba tan bien que lo contrataron para ir a jugar a España, y también jugó en el Chile rojito. Una vez se perdió un penal que era muy importante, pero al final nadie estaba enojado, porque Carlitos Caszely era muy querido por todos, por lo bien que jugaba y todas las alegrías que nos daba.

Cuando ya estaba más viejito, nadie quería que dejara de jugar. Se despidió de la pelota en Colo Colo, por supuesto. 80 mil personas fueron a verlo, y hasta el equipito azul lo homenajeó con una placa de honor.

Todos nuestros súper héroes tienen sus poderes especiales. Carlitos tenía el poder del gol. Es el que más goles ha hecho en Colo Colo en toda nuestra historia.  Hizo goles entretenidos, magníficos, difíciles, fáciles, increíbles, inesperados, de lejos, de cerca… en fin, todo tipo de goles.  Así es Carlitos Caszely, el de los bigotitos, goleador, valiente, uno de los nuestros, Colocolino de corazón.
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